lunes, 20 de junio de 2011

Carta respuesta al artículo del jefe de Seattle y problemas más destacados.

Actualmente el mundo está prácticamente destrozado, todas las zonas de la tierra están llenas de humo y contaminadas por grandes construcciones. Todos los ríos que antes tenían un gran caudal, poco a poco se quedan sin él y los animales que antes eran libres, ahora están condicionados por los espacios construidos. Todo esto es lo que poco a poco hemos ido consiguiendo. Hemos conseguido que todos los bosques hayan desaparecido casi en su totalidad, que el viento no nos pueda soplar la cara por su suciedad, y que en vez del aleteo de los insectos podamos oír el ruido de un tren. Deberíamos de considerar que esto no puede continuar así, porque como decía el jefe de Seattle (presente indirectamente en toda la carta), nosotros somos los hijos de la Tierra, y no podemos destrozarlo pues nos estaríamos condenando a nosotros mismos. Debemos dejar de humanizar todo lo que nos rodea, y en vez de eso permitir que cada animal, planta, río, bosque y soplo de viento lleve su propio ritmo de desarrollo, sin que los humanos intervengamos en él. Por lo que dejemos de contaminar la tierra construyendo, dejemos de contaminar el aire con nuestras fábricas de utensilios materiales inútiles para el desarrollo, dejemos de matar animales por los elementos creados por el hombre, dejemos de estropear los ríos evitando que caigan mas residuos en él. Todo esto parece muy complicado pero podemos conseguirlo. Todos debemos de poner de nuestra parte y no pensar que otros lo harán porque la Tierra necesita que todos la ayudemos.


1. El primer problema que debemos considerar es que los bosques abundantes que podíamos encontrar hace años, ya no están, y esto no es más que por la acción del hombre. Podríamos evitar esto si todos recicláramos nuestro papel, debido a que si no lo hacemos, la tala de árboles continuarán y los bosques de este planeta desaparecerán.
2. El segundo problema que he identificado es la contaminación del aire, que viene dado por el humo de las fábricas, de los coches e incluso de nosotros mismos con nuestros productos químicos que creemos que son “buenos” pero son perjudiciales para la Tierra. Esto podríamos solucionarlo si las fábricas usaran mecanismos de disminución residual, si todos usáramos transporte público o si dejáramos de usar productos inútiles.
3. El último problema al que voy a hacer referencia es el de la disminución de los animales como consecuencia de herramientas humanas estacionadas en lugares abiertos. Esto se podría solucionar si las zonas de trenes, además de estar situadas en lugares concretos donde no haya animales en libertad, se vallaran, para que los animales no pudieran acceder a ellas.

Fuente: Camino Alonso Torres

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